Pekín/EFE- La llegada del Año del Conejo en el zodíaco chino, período que durará del 3 de febrero al 22 de enero de 2012, lleva, como cada año, a los chinos a vestir de rojo sus hogares y a consultar en las calles a los expertos tradicionales en predicciones.

Nadie se atrevería a garantizar en Occidente que 2011 será el año en el que el mundo entero deje atrás la crisis o que una empresa determinada logre el éxito o el fracaso, pero en China la tradición llama a recurrir a los augurios.

Conocido también como el Festival de Primavera, las fiestas de entrada del año nuevo lunar se celebran de manera muy similar a la occidental, envuelta en tradiciones y rituales, con festejos desde 15 días antes y preparativos iniciados meses antes.

La gente compra regalos, elementos decorativos, comida y ropa, y limpia las casas a conciencia para eliminar cualquier rastro de mala suerte, mientras que viste puertas y ventanas de rojo, y pone en el exterior farolillos que se iluminan en horas nocturnas.

Todas estas celebraciones sirven, en esta ocasión, para recibir al Año del Conejo y recordar que quienes nacieron o nacerán con este signo zodiacal gozarán de longevidad y prosperidad, y tendrán una vida tranquila y en paz.

Los rituales familiares de la noche del 2 al 3 de febrero se repiten cada año y, como en muchas ocasiones, comienzan por la cena, que suele ser un banquete de mariscos y jiaozi (bolas de masa hervida como raviolis), que representan los buenos deseos.

Además, los banquetes incluyen langostinos para la vitalidad y la alegría, ostras secas (ho xi), pescado crudo (yu sheng) para la buena suerte y fa-hai (una comida a base de algas y en forma de cabello) para la prosperidad.